El descubrimiento de que la Tierra es un mundo pequeño se llevó a cabo en el siglo tercero a. de C. en la ciudad egipcia de Alejandría. Allí un hombre llamado Eratóstenes, director de la gran Biblioteca, quien con su capacidad de observación y rigor científico, estimó con asombrosa precisión la circunferencia de la Tierra en 40.000 kilómetros. Las únicas herramientas fueron palos, ojos, pies, cerebro, y el gusto por la experimentación.