La lucha por lo que es justo. "En su momento trabajar en Uralita parcia un chollo"

Durante la década de los 60 el trabajo en el campo comenzó a escasear y muchos jóvenes verdejos abandonaron el pueblo para empezar una nueva vida laboral.

Julio Arroyo, llegó con 20 años a Getafe para hacer la mili y al terminar fue contratado en Uralita para trabajar “Nos encargábamos de serrar los tubos de amianto”. En su momento trabajar en Uralita era un chollo.

“En los primeros años la gente comía encima de los sacos del amianto, estaban apilados en la fábrica y se tomaban allí los bocadillos”, recuerda

A sus 87 años, Arroyo ha visto morir a muchos de sus compañeros de trabajo, pero nunca se pudo imaginar que su mujer se iba a contaminar estando él limpio de amianto. Esperanza Alonso se encargaba de lavar semanalmente el mono de su marido, los buzos que utilizaban los trabajadores de Uralita llegaban cubiertos de polvo y, antes de meterlo en la lavadora, las amas de casa los solían sacudir con empeño en la cocina.

La empresa sabía que el material era nocivo y a pesar de ello se estuvieron lucrando durante años, ahora el Tribunal Supremo considera que se contaminaron mientras lavaban el mono de trabajo de sus maridos.