Plagas y enfermedades

En la sociedad actual, con un desarrollo tecnológicos sin precedentes, el control de plagas inicialmente parecía algo razonablemente bueno, en cambio, la agronomía moderna esta poniendo de manifiesto un gran fracaso en la estabilización de los sistemas productivos, no solo no ha sido capaz de controlar las viejas plagas y enfermedades sino ha provocado que surjan nuevas.

En el mundo se aplican casi 5 millones de litros de pesticidas, a pesar de ello se pierden entre el 10% y el 20% de las cosechas por daños de plagas o enfermedades. Cuando la plaga se recupera alcanza niveles de población mayores de los que había antes de aplicarlos, debido a la reproducción desmesurada sin parásitos y  depredadores naturales que mantienen controlada la población, añadiendo un problema nuevo, al ser también eliminados enemigos naturales de otros insectos que nunca se comportaron como plaga,  sin depredadores se reproducen sin limitaciones provocan mas daños en los cultivos.

La capacidad de los insectos, hongos y bacterias a generar de modo natural razas resistentes a los pesticidas unido al control químico como única herramienta, genera una espiral donde los agricultores se ven obligado  a usar cada vez mayores cantidades de fungicidas e insecticidas  para solo alcanzar el punto se salida del control de plagas y enfermedades, degradando ampliamente los agro-sistemas, contaminando la cadena trófica.

El olivo como otros seres vivos tienen una serie de enemigos que impiden se exprese el potencial productivo de la especie en cualquiera de sus variedades. Estos enemigos pueden tener un origen muy variado, puede tratarse de otros seres vivos, insectos, hongos, bacterias y virus.