Entre los 3 y los 6 años se producen cambios radicales en la vida de un niño. A esa edad empieza a tener sentido para él el futuro y aprende a controlar en una cierta medida sus impulsos. Aunque no todos los niños tienen la misma destreza en el autocontrol.
Hace más de 40 años, el psicólogo Walter Mischel se propuso medir científicamente la fuerza de voluntad en un grupo de niños y observar cómo esta habilidad podía influir en la evolución hacia la edad adulta.
Mischel desde la Universidad de Columbia, explica la importancia de esos primeros años en la felicidad futura.