Es una de las plagas más importantes del olivar, sobre todo en las zonas con temperatura de verano suave y humedad relativa alta.
Este insecto está bastante extendido, ya que ataca los olivares de la Cuenca del Mediterráneo, encontrándose además en zonas del Sur de África y parte occidental de Asia. En España, ha sido detectada en todas las comarcas oleícolas, con una distribución en la que se pueden distinguir las zonas de ataque endémico (costa mediterránea y atlántica sur), de las de ataque irregular pero con importancia económica ( Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Levante).
La técnica cultural de realizar tratamientos con herbicidas debajo de los olivos para favorecer la recolección, es un factor que ayuda al crecimiento de las poblaciones de la mosca del olivo, limitadas tradicionalmente por las labores con arado que se realizaban bajo los árboles al final del invierno, práctica que destruía muchas de las pupas que allí se encontraban enterradas.
DESCRIPCIÓN ADULTOS
La mosca del olivo es un díptero semejante a la mosca doméstica, aunque algo más pequeña (4-5 mm. De longitud), con una mancha blanquecina característica entre tórax y abdomen. Las alas son hialinas con una mancha opaca en el extremo distal. El abdomen es de color rojizo, y en la hembra se prolonga para formar la vaina protectora del oviscapto, que es retráctil y mide casi 1 mm de longitud, por lo que es fácil distinguir los dos sexos.
El huevo es ovoidal alargado, con un extremo puntiagudo, de casi 1 mm. De largo y 0'2 de ancho, de aspecto blanco lechoso con la superficie lisa.
La larva no tiene patas y es de forma cilindrocónica, de color blanco-amarillento y cuyo tamaño va desde 1mm, recién nacida, hasta 8 mm, en el último estadio larvario. Tiene la cabeza retráctil, puntiaguda y de color oscuro.
La pupa tiene forma elíptica alargada, de unos 4 mm de longitud, siendo al principio de color amarillento, pero al poco tiempo adquiere una tonalidad ocre.
La puesta de los huevos se realizan en la aceituna, un huevo en cada aceituna y suele poner de entre 250-750 huevos, depende de la vida del adulto y de las condiciones ambientales. Elegido el fruto la hembra clava el oviscapto, atravesando la epidermis de la aceituna.
CICLO BIOLÓGICO
Presenta de dos a tres generaciones anuales, dependiendo de las condiciones climáticas y de la zona, aunque puede llegar a 4 en circunstancias muy favorables. Las generaciones estivales completan su ciclo en 35 a 40 días, llegando hasta 60 días en las generaciones otoñales.
Generalmente, pasa el invierno en forma de pupa enterrada en el suelo a poca profundidad (en zonas de inviernos suaves puede también haber adultos invernantes).
En primavera salen los adultos de la primera generación (marzo-abril en las zonas templadas y abril-mayo en las más frías), los cuales se alimentan de sustancias azucaradas, como melazas de cochinillas de la Tizne o exudados azucarados de la flor y de las hojas.
El adulto es un excelente volador pudiendo recorrer grandes distancias, lo que explica su facilidad para dispersarse y reinvadir zonas donde ha sido combatido. A los 8-10 días de vida suele alcanzar la madurez sexual, buscándose el macho y la hembra para acoplarse parados en algún sitio del árbol.
A los 3-4 días de la fecundación se inicia la puesta. Para ello, la hembra busca las aceitunas más convenientes para depositar los huevos, haciendo previamente una exploración de unos 10 minutos, recorriendo el fruto en todos los sentidos con las alas extendidas, hasta convencerse de que reúne las condiciones exigidas para decidirse a confiarle su prole, las cuales son:
Una vez elegido el fruto, la hembra clava el oviscapto, atravesando la epidermis, y deposita en su interior un sólo huevo, reposa un rato sobre alguna hoja, se dirige después a otra aceituna, en la que repite la exploración hasta confiarle otro huevo, y así sucesivamente. La fecundidad de la hembra es variable en función de diversos factores (clima, disponibilidad de frutos, tipo de alimentación larval, longevidad, etc.), pero, generalmente, aumenta progresivamente en los individuos que aparecen desde agosto a otoño mientras que en los de primavera la fecundidad suele ser reducida. En un día puede poner unos doce huevos, siendo el número total de huevos puestos por cada hembra de 250 a 750, ya que la vida del adulto oscila, según las condiciones ambientales, de 21-48 días, en verano, a 60 días en otoño.
El período de incubación dura desde 2-3 días, en condiciones óptimas de verano, hasta 10-15 días en otoño.
La larva se alimenta del mesocarpo de la aceituna en el que abre una galería tortuosa donde va pasando por los distintos estadios larvarios. El período larvario varía de 10 a 25 días, aunque puede llegar hasta más de 45 días. Las larvas que se transforman en pupa durante el verano, lo hacen en el interior del fruto próximas a la epidermis, y las de las últimas generaciones, lo hacen en el suelo ligeramente enterradas. La duración del período ninfal es muy variable, oscilando de 8 a 10 días en verano, hasta varios meses en invierno.
Transcurrido el período ninfal, sale el adulto atravesando la epidermis de la aceituna o la capa de tierra que le cubre, reanudándose de nuevo el ciclo.