En la historia de la vida en la tierra, el sexo podría ser la auténtica herramienta de supervivencia, puesto que el resultado es: reproducirse o morir.
Durante este espacio examinaremos el sexo en sus diferentes formas. Desde los tiburones, que son uno de los primeros vertebrados que mantuvieron un contacto sexual; los dinosaurios, que tuvieron que averiguar la manera de juntar sus gigantescos cuerpos para aparearse; hasta el insecto palo, que se aparea sin interrupción durante diez semanas seguidas; los macacos; y finalmente, los seres humanos.
La fuerza impulsora de la vida llega en diversas formas. ¿Cómo evolucionará el sexo en el futuro? ¿Estamos evolucionando más allá del sexo? De hecho, cabe preguntarse si está llegando el momento en el que seremos capaces de ejercer el control sobre nuestra propia evolución... no mediante el sexo, sino a través de la ingeniería genética.